La dieta es uno de los principales factores que modifica el microbiota intestinal, debido a que es un factor modificable; la ingesta de diversos alimentos puede dar origen a bacterias comensales (no crean daño), mutualistas (nos ofrecen un beneficio), patógenas (nos producen daño), y estas con las causantes de diversas enfermedades o la base de la teoría de la disbiosis intestinal y las enfermedades (1).
Estas bacterias colonizan el intestino delgado y el colon de donde obtienen sus nutrientes, dependiendo de la dieta que llevemos.
Las bacterias en el tracto intestinal crean interacciones huésped/microorganismos y microorganismo/microorganismo, donde las bacterias productoras de ácidos grasos de cadena corta generan hidrogeniones que son utilizados por otras bacterias como fuente de energía por lo cual se mantiene una adecuada simbiosis y la diversidad del microbiota intestinal que ayuda a la permanencia de salud (1).
Dichas bacterias que generan que generan ácidos grasos de cadena corta, intervienen con la modificación las sales biliares, por lo cual intervienen con el metabolismo del colesterol, además de que al modificar la composición de estas interviene con el crecimiento de otras bacterias o la inhibición de estas (2).
Dependiendo de la procedencia del origen de los alimentos ya sea animal o vegetal, además de la relación entre grasas y carbohidratos van a predominar diversas familias de microorganismos por lo cual se va a modificar la producción de metabolitos por las mismas, facilitando el predominio de bacterias patógenas y ocasionando una disbiosis intestinal (1, 2).
Debido a esto se han originado dietas con el fin de mejorar la disbiosis intestinal; en la que se recomiendan los alimentos ricos en prebióticos para facilitar el crecimiento de un microbiota adecuado, además de que se deriven las carnes de rojas a blancas para un menor contenida de grasa, junto con disminuir el contenido de grasa total de la dieta (3), ya que se ha evidenciado que las grasas saturadas de la dieta, estimulan a la producción de sales biliares de difícil degradación por las bacterias intestinales y predisponen a la sobre-colonización del intestino por bacterias patógenas (2).
También considerando que los medios de cocción afectan la biodisponibilidad de los diversos nutrientes y de las fibras de dichos alimentos; y que los alimentos fermentados son una buena fuente de probióticos (3).
El exceso de carbohidratos de la dieta estimula la sobre-colonización bacteriana a expensas de bacterias comensales debido a la alteración del pH intestinal. Las bacterias del tracto intestinal se encargan de la digestión de los productos no absorbidos, ahora cuando hay una sobre-colonización de estas; estas aumentan el transporte de glucosa del intestino a la sangre aumentando sus niveles y la resistencia posterior a la insulina, esto estimula el almacén energético (4).
El exceso de carbohidratos estimula la producción de lípidos y produce un estado inflamatorio a expensa de producción de citoquinas inflamatorias intestinales, que predisponen a enfermedades como la Diabetes Mellitus (5). Por lo cual se considera el componente dietético un importante factor con la prevención de enfermedades posteriores en la adultez (6).
El aumento de las bacterias comensales produce cambios en la regulación del sistema neuroenterico, modificando la contractibilidad y saciedad esto se debe a producción por los carbohidratos no digeridos en otros compuestos, pudiendo disminuir el grado de saciedad de la persona (7).
Dicho efecto se debe principalmente en los carbohidratos simples, que no son fermentados ni producen efectos beneficiosos en el microbioma intestinal, por lo cual se recomienda su limitación en la dieta, además de las características que poseen con respecto a índice glucémico entre otras.
La dieta rica en grasa tiende a generar una disbiosis intestinal, que facilita el crecimiento de bacterias patógenas en el intestino y la producción de mediadores de la inflamación. Estos migran en el torrente sanguíneo y producen un leve grado de endotoxemia (8).
La disbiosis causada por la dieta rica en grasa se debe a la modulación de las bacterias intestinales por el aumento de la producción de sales biliares que barren con ciertas bacterias y facilitan el crecimiento de las patógenas (9).
Al suceder el cambio en el microbioma intestinal se afecta la obtención de nutrientes y la producción de nuevos compuestos; debido a la generación de un estrés oxidativo local que permite la producción de radicales libres que las bacterias patógenas pueden utilizar a su vez como fuente de energía para subsistir (9).
Fibras y carbohidrato complejo
Por lo cual
se recomienda la ingesta de fibras y carbohidratos complejos (8-10)
1- Por que
favorecen la producción de butirato y estimulan la saciedad del individuo,
2- estimulan
el predominio de un microbiota que puede extraer mayor cantidad de energía de
los alimentos de origen vegetal.
3- no
estimula la producción de sales biliares por lo que no hay un cambio en el
microbioma del individuo, debido a la aparición de nuevas bacterias que puedan
sean más resistentes a dichas sustancias pero que son nocivas al organismo,
4- no se
produce la endotoxemia secundaria a la disbiosis
intestinal.
5- La
síntesis de vitaminas como la K, biotina, B 12, tiamina, acido fólico, etc.
6- En el
metabolismo de las sales biliares secundarias.
7-En la
eliminación de toxinas debido a la producción de acetato.
8- Degradación
de compuestos de los granos de los cereales liberando consigo calcio, magnesio
y fosforo para ser utilizados por el organismo.
9- Síntesis de ácidos grasos de cadena corta y estimulación de la síntesis de moco de la pared intestinal
Las fibras intervienen con la salud y el microbiota intestinal debido a que aumenta la masa fecal y con la presencia de fibras solubles en agua la eliminación de compuestos tóxicos generados por las bacterias al afectar el tránsito intestinal, junto con las proteínas sirven como sustratos para síntesis de los ácidos grasos de cadena corta por las diversas bacterias; estos sirven como neurotransmisores posteriormente, de esta forma disminuye el riesgo de cáncer colorectal (10).
Las fibras debido a la fermentación bacteriana aumentan la masa del microbiota (10), lo que aumenta y garantiza el efecto de las diversas bacterias en el intestino al existir una mayor abundancia (11).
A mayor ingesta de vegetales
aumenta más el número de bacterias de un mismo grupo con el fin de obtener de
mayor manera los nutrientes y hacienda que predomine un enterogrupo de las
mismas, generando un intestino más saludable (12).
Frutas y vegetales
Cada fruta y vegetal posee un microbioma específico para la misma, el cual es generado durante su crecimiento por la interacción de las diferentes bacterias del lugar; el contenido de las bacterias que componen ese microbioma es afectado cuando lavamos las frutas y vegetales con el fin de eliminar los patobiontes presentes en las mismas para poder ingerir los alimentos y evitar efectos deletéreos en nuestra salud (13).
Aunque con el lavado de las frutas y vegetales no todas las bacterias son eliminadas y unas que otras son ingeridas por nosotros (13), dichas bacterias que son ingeridas atraviesan el tracto gastrointestinal siendo expuestas al pH acido del estómago y diversas enzimas, las que sobreviven pasan al intestino delgado encontrando un pH más favorable pero mayor cantidad de enzimas que las pueden eliminar y si sobreviven llegarían al colon, donde se genera una interacción entre las bacterias nuevas y las bacterias comensales que componen el microbioma del individuo (14).
Para la sobrevivencia de las bacterias nuevas estas recurren a interactuar con el intestino directamente para poder asentar su colonia o interactuar de manera directa o indirecta con las diversas colonias del microbioma para desplazar o unirse a las que existen (14).
Este cambio en el microbioma ocurrido por la ingesta de las bacterias nuevas del microbioma de las frutas y vegetales, dependiendo de quienes han sido ingeridas producen cambios transitorios en el microbioma del individuo en el cual dichas bacterias no sobrepasan los 7 días en el huésped (lo cual puede explicar la corta duración de las intoxicaciones alimentarias), o si es afectado el microbioma variable se puede generar un cambio mayor si existe persistencia a la exposición (14).
Sin embargo, los cambios generados por las frutas y vegetales en el microbioma intestinal, además de depender del microbioma de estas ya sea obtenido durante su generación, o en caso de alimentos preservados introducidos por tecnología, dependen del contenido de fibra de estas y los efectos de estas en el huésped.
Dichos
efectos en el huésped generados por las frutas
y vegetales también están muy relacionados con el sexo del individuo,
puesto que se ha visto que la carga estrogenica de la mujer influye en su microbioma intestinal y por ende la
permanencia o no de diversas colonias; además del peso del individuo, y esta
nueva variable también afectando más el microbioma
en las mujeres debido a la carga estrogenica que poseen (15).
Referencias:
1) Peterson CT, Sharma V, Elmén L, Peterson SN. Immune Homeostasis, Dysbiosis and Therapeutic Modulation of the Gut Microbiota. Clinical & Experimental Immunology. 2014 Oct;n/a–n/a.
2) Perrigoue J, Anuk Das A, Mora JR. Interplay of Nutrients and Microbial Metabolites in Intestinal Immune Homeostasis: Distinct and Common Mechanisms of Immune Regulation in the Small Bowel and Colon. Nestlé Nutr Inst Workshop Ser, vol 79, pp 57–71, DOI: 10.1159/000360685
3) Olendzki BC, Silverstein TD, Persuitte GM, Ma Y, Baldwin KR, Cave D. An anti-inflammatory diet as treatment for inflammatory bowel disease: a case series report. Nutrition journal. 2014;13(1):5. http://www.nutritionj.com/content/13/1/5
4) Annalisa N, Alessio T, Claudette TD, Erald V, Antonino DL, Nicola DD. Gut Microbioma Population: An Indicator Really Sensible to Any Change in Age, Diet, Metabolic Syndrome, and Life-Style. Mediators of Inflammation. 2014;2014:1–11. http://dx.doi.org/10.1155/2014/901308
5) Zhang Y, Guo X, Guo J, He Q, Li H, Song Y, et al. Lactobacillus casei reduces susceptibility to type 2 diabetes via microbiota-mediated body chloride ion influx. Scientific Reports Sci. Rep. 4, 5654; DOI:10.1038/srep05654 (2014).
6) Elenberg Y, Shaoul R. The Role of Infant Nutrition in the Prevention of Future Disease. Front.Pediatr. 2:73. doi: 10.3389/fped.2014.00073
7) Hyland NP, Quigley EMM, Brint E. Microbiota-host interactions in irritable bowel syndrome: Epithelial barrier, immune regulation and brain-gut interactions. World J Gastroenterol 2014; 20(27): 8859-8866 Available from: URL: http://www.wjgnet.com/1007-9327/full/v20/i27/8859.htm DOI: http://dx.doi.org/10.3748/wjg.v20.i27.8859
8) Festi D, Schiumerini R, Eusebi LH, Marasco G, Taddia M, Colecchia A. Gut microbiota and metabolic syndrome. World J Gastroenterol 2014 November 21; 20(43): 16079-16094; DOI: 10.3748/wjg.v20.i43.16079
9) Ha CW. Mechanistic links between gut microbial community dynamics, microbial functions and metabolic health. World Journal of Gastroenterology. 2014;20(44):16498. DOI: 10.3748/wjg.v20.i44.16498
10) Conlon M, Bird A. The Impact of Diet and Lifestyle on Gut Microbiota and Human Health. Nutrients. 2014 Dec 24;7(1):17–44, doi:10.3390/nu7010017
11) Hansen AK, Friis Hansen CH, Krych L, Nielsen DS. Impact of the gut microbiota on rodent models of human disease. World J Gastroenterol 2014; 20(47): 17727-17736, DOI: http://dx.doi.org/10.3748/wjg.v20.i47.17727
12) Voreades N, Kozil A, Weir TL. Diet and the development of the human intestinal microbiome. Frontiers in Microbiology . 5 (494): 1-9. 2014. Available from:http://journal.frontiersin.org/journal/10.3389/fmicb.2014.00494/full
13) Berg
G, Erlacher A, Smalla K, Krause R. Vegetable microbiomes: is there a connection
among opportunistic infections, human health and our “gut feeling”?: Vegetable
microbiomes. Microbial Biotechnology. 2014
14) Derrien M, van Hylckama Vlieg JET. Fate, activity, and impact of ingested bacteria within the human gut microbiota. Trends in Microbiology [Internet]. 2015 Apr [cited 2015 May 8]; Available from: http://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S0966842X15000566
15)
Dominianni C, Sinha R, Goedert JJ, Pei Z, Yang L, Hayes RB, et al. Sex, Body
Mass Index, and Dietary Fiber Intake Influence the Human Gut Microbiome. Wilson BA, editor. PLOS ONE. 2015 Apr 15;10(4):e0124599.

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