viernes, 14 de agosto de 2020

Importancia de la dieta para el neurodesarrollo y el microbioma en los primeros meses de vida

 

Duramos 9 meses en a barriga de nuestras madres en un medio acuoso “estéril” aislado de la sociedad pero en contacto intimo con nuestra madre; la estadia en este hogar finaliza con la expulsion ya sea fisiológica/normal (parto vaginal) o fisiológica/alterna  que denominaremos cesárea; en este suceso somos expuestos al mundo. Modificamos nuestra dieta y las bacterias que posteriormente van a dar origen a nuestro microbioma intestinal, y dependiendo de la forma que abordamos el mundo nuestro microbioma diferirá (1).

 

Sin embargo, dependiendo de nuestros padres, aun con la alimentación vamos a tener un microbioma distinto a las demás personas (1), esas bacterias que colonizan nuestro intestino están en constante exposición a estímulos externos que pueden alterar su composición (2), entre estos factores de los mas importante se encuentran los alimentos que ingerimos, en el cual interviene el contenido de nutrimentos de los alimentos que ingerimos, como el exceso de carbohidratos que se asocia a una sobrecolonizacion en el colon de bacterias, que no son útiles o efectos posteriores no benéficos como el aumento de la producción de ácidos grasos cortos por tales bacterias que estimulan la lipogenesis y por ende la obesidad; el efecto beneficioso de las fibras con el fin de promover ciertas familias de bacterias en nuestro microbioma intestinal (3).

 

La introducción de alimentos solidos en la dieta generarcambios en el microbioma intestinal y dependiendo del origen de esos alimentos predominan las familias de las bacterias; cuando inician los alimentos solidos de origen vegetal aumenta el predominio de la Prevotella con el fin de digerir los polisacáridos no digeribles de las plantas mientras que las nueces y legumbres estimula el aumento de la familia de los Bacteroides (4).

 

Cada vegetal que ingerimos tiene un microbioma en especifico, en este se pueden evidenciar bacterias pertenecientes a los bacteroidetes y firmicutes; además de otras bacterias patógenas que aun con las medidas de higiene adecuada por las características del vegetal no son eliminadas y entran al tracto gastrointestinal donde pueden o no formar parte de nuestro microbioma (5).

 

Estas bacterias luego deben generar una simbiosis entre ellas para poder obtener de manera mas eficiente sus productos y por ende subsistir de una mejor forma (6). Por la cual el microbioma depende de la diversidad en la composición de sus integrantes con el fin de los efectos en salud posteriores.

 

Podemos considerar como establece Darwin que la especie más apta es la que sobrevive a los factores externos o del medioambiente.  Así que las características de la dieta del individuo y por ende de la oferta de los nutrientes de la misma favorece el predominio de ciertas bacterias sobre otras, lo que en los infantes desde su nacimiento influyen con el desarrollo del sistema nervioso entérico y de las células gliales de la lamina propia influyendo en el comportamiento del tracto gastrointestinal del individuo y por ende en la función del mismo (7-10).

 

Pero no solo factores externos del tipo de la alimentación influyen en el microbioma, sino el habitad o las características del habitad en que vivimos intervienen en el desarrollo del mismo y la selección de dichas bacterias para que se mantenga la mas apta (11). También otros factores como las enfermedades entéricas ya se por parásitos o bacterias obtenidas por los alimentos contaminados, o bacterias obtenidas por aguas contaminadas, que no necesariamente conllevan a un cuadro clínico importante inmediato pero si a la disrupción del microbioma (12).

 

Este microbioma después se encarga de funcionar como un sistema neuroendocrino e interviene en nuestro comportamiento (13), y busca las maneras de mantenerse en un estado de equilibrio por lo cual nuestros gustos varían y se mantienen con el fin de conservar las bacterias de dicho microbioma presente.

 

Dicho sistema nervioso entérico del individuo junto con el mircobioma intestinal del infante en el desarrollo intervienen en el comportamiento/temperamento del individuo en cuestión (10, 14, 15), lo cual en las fases iniciales de la vida del infante influyen con la adquisición de las habilidades cognitivas del mismo (10).

 

Referencias

1) Schloss et al.: The dynamics of a family’s gut microbiota reveal variations on a theme. Microbiome 2014 2:25. doi:10.1186/2049-2618-2-25

 

2) Dheilly NM. Holobiont–Holobiont Interactions: Redefining Host–Parasite Interactions. Rall GF, editor. PLoS Pathogens. 2014 Jul 3;10(7):e1004093.  doi:10.1371/journal.ppat.1004093

 

3) Annalisa N, Alessio T, Claudette TD, Erald V, Antonino DL, Nicola DD. Gut Microbioma Population: An Indicator Really Sensible to Any Change in Age, Diet, Metabolic Syndrome, and Life-Style. Mediators of Inflammation. 2014;2014:1–11. http://dx.doi.org/10.1155/2014/901308

 

4) Voreades N, Kozil A, Weir TL. Diet and the development of the human intestinal microbiome. Frontiers in Microbiology . 5 (494): 1-9. 2014. Available from: http://journal.frontiersin.org/journal/10.3389/fmicb.2014.00494/full

 

5) Berg G, Erlacher A, Smalla K, Krause R. Vegetable microbiomes: is there a connection among opportunistic infections, human health and our “gut feeling”?: Vegetable microbiomes. Microbial Biotechnology. 2014 

 

6) Zhang X, Reed JL (2014) Adaptive Evolution of Synthetic Cooperating Communities Improves Growth Performance. PLoS ONE 9(10): e108297. doi:10. 1371/journal.pone.0108297

 

7) Douglas-Escobar M, Elliott E, Neu J. Effect of Intestinal Microbial Ecology on the Developing Brain. JAMA Pediatrics. 2013 Apr 1;167(4):374. doi:10.1001/jamapediatrics.2013.497

 

8) Kabouridis PS, Lasrado R, McCallum S, Chng SH, Snippert HJ, Clevers H, et al. Microbiota Controls the Homeostasis of Glial Cells in the Gut Lamina Propria. Neuron. 2015 Jan;85(2):289–95. http://dx.doi.org/10.1016/j.neuron.2014.12.037

 

9) Xu Q, Heanue T, Pachnis V. Travelling within the fetal gut: simple rules for an arduous journey. BMC Biology. 2014;12(1):50.  Available from: http://www.biomedcentral.com/1741-7007/12/50

 

10) Mayer EA, Tillisch K, Gupta A. Gut/brain axis and the microbiota. J Clin Invest 2015.. doi:10.1172/JCI76304.

 

11) Ilyin VK, Kiryukhina NV. Disruption of the Colonization Resistance Syndrome in Humans in Altered Habitats and Its Prevention. Acta Naturae. 2014;6(2):10.  Available from: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4115221/

 

12) Kolling G, Wu M, Guerrant RL. Enteric pathogens through life stages. Frontiers in Cellular and Infection Microbiology [Internet]. 2012 [cited 2014 Apr 14];2. Available from: http://www.frontiersin.org/Journal/10.3389/fcimb.2012.00114/full

 

13)  La Rosa PS, Warner BB, Zhou Y, Weinstock GM, Sodergren E, Hall-Moore CM, et al. Patterned progression of bacterial populations in the premature infant gut. Proceedings of the National Academy of Sciences [Internet]. 2014 Aug 11 [cited 2014 Aug 18]; Available from: http://www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1409497111

 

14) Lyte M. Microbial Endocrinology in the Microbiome-Gut-Brain Axis: How Bacterial Production and Utilization of Neurochemicals Influence Behavior. Miller V, editor. PLoS Pathogens. 2013 Nov 14;9(11):e1003726. doi:10.1371/journal.ppat.1003726

 

15) Maranduba CM da C, De Castro SBR, Souza GT de, Rossato C, da Guia FC, Valente MAS, et al. Intestinal Microbiota as Modulators of the Immune System and Neuroimmune System: Impact on the Host Health and Homeostasis. Journal of Immunology Research. 2015;2015:1–14. http://dx.doi.org/10.1155/2015/931574

 

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